Seguramente ya habrán notado que desde hace algún tiempo he venido hablando de
utilizar el aceite de coco para cocinar.
El aceite de coco orgánico no sólo es muy sabroso y además excelente para cocinar pues resiste altas temperaturas, sino que además es muy beneficioso para la salud, contrario a lo que la creencia popular dictaba hasta ahora...
El aceite de coco orgánico no sólo es muy sabroso y además excelente para cocinar pues resiste altas temperaturas, sino que además es muy beneficioso para la salud, contrario a lo que la creencia popular dictaba hasta ahora...
Grasas saturadas:
mitos y verdades
Comencemos primero por aclarar de una vez por toda la confusión acerca de las
grasas saturadas.
Ustedes habrán escuchado y leído mil veces que las grasas saturadas aumentan los riesgos de enfermedades cardiovasculares y que hay que evitarlas en la dieta. Se trata principalmente de las grasas de origen animal, que encontramos en las carnes rojas y en las yemas de huevo, por ejemplo.
Esta idea surgió de un estudio realizado hace unos 60 años, por un señor llamado Keys, en el que encontró una posible relación entre el consumo de este tipo de grasas y las enfermedades cardiovasculares.
Ese estudio propició el desarrollo de la industria de los aceites vegetales y las margarinas, así como de los productos "bajos en grasas", y ya sabemos en qué resultó esta historia: índices de obesidad por el cielo.
Hoy día se sabe que el estudio de Keys presentó muchas fallas a nivel científico, particularmente en lo referente a no haber considerado en su análisis toda la información que estaba disponible y a no haber tomado en cuenta otros factores alimenticios y de higiene de vida que podían haber influído en los resultados.
Estudios recientes mejor diseñados han mostrado rotundamente que el problema no está en el consumo de grasas saturadas naturales, sino en aquellas provenientes de alimentos procesados, especialmente los que contienen ácidos grasos trans.
Ya se ha demostrado científicamente que la mayoría de las grasas saturadas de origen natural no alteran los niveles de colesterol y que las que lo hacen aumentan el colesterol "bueno" en mayor proporción que el colesterol "malo" (traducción: las grasas saturadas naturales ayudan a mejorar el colesterol).
El aceite de coco es una grasa saturada de origen vegetal difamada durante muchos años por estas causas, y que hoy recobra su merecido puesto en una dieta saludable y quemagrasa, gracias a su alto contenido en ácido láurico y en triglicéridos de cadena media.
Para quien le interese, en este artículo pueden chequear una larga lista de referencias científicas que confirman los beneficios del aceite de coco orgánico extra virgen.
Ustedes habrán escuchado y leído mil veces que las grasas saturadas aumentan los riesgos de enfermedades cardiovasculares y que hay que evitarlas en la dieta. Se trata principalmente de las grasas de origen animal, que encontramos en las carnes rojas y en las yemas de huevo, por ejemplo.
Esta idea surgió de un estudio realizado hace unos 60 años, por un señor llamado Keys, en el que encontró una posible relación entre el consumo de este tipo de grasas y las enfermedades cardiovasculares.
Ese estudio propició el desarrollo de la industria de los aceites vegetales y las margarinas, así como de los productos "bajos en grasas", y ya sabemos en qué resultó esta historia: índices de obesidad por el cielo.
Hoy día se sabe que el estudio de Keys presentó muchas fallas a nivel científico, particularmente en lo referente a no haber considerado en su análisis toda la información que estaba disponible y a no haber tomado en cuenta otros factores alimenticios y de higiene de vida que podían haber influído en los resultados.
Estudios recientes mejor diseñados han mostrado rotundamente que el problema no está en el consumo de grasas saturadas naturales, sino en aquellas provenientes de alimentos procesados, especialmente los que contienen ácidos grasos trans.
Ya se ha demostrado científicamente que la mayoría de las grasas saturadas de origen natural no alteran los niveles de colesterol y que las que lo hacen aumentan el colesterol "bueno" en mayor proporción que el colesterol "malo" (traducción: las grasas saturadas naturales ayudan a mejorar el colesterol).
El aceite de coco es una grasa saturada de origen vegetal difamada durante muchos años por estas causas, y que hoy recobra su merecido puesto en una dieta saludable y quemagrasa, gracias a su alto contenido en ácido láurico y en triglicéridos de cadena media.
Para quien le interese, en este artículo pueden chequear una larga lista de referencias científicas que confirman los beneficios del aceite de coco orgánico extra virgen.
¿Por qué no debemos
usar cualquier aceite para cocinar?
El cuento corto es que, cuando se calientan, las partículas que forman el
aceite (los ácidos grasos) se oxidan (sufren una reacción química que altera
sus propiedades). Decimos entonces que el aceite se pone rancio.
De hecho, el proceso por el que pasan los aceites vegetales refinados (como el de soya, de maíz, de algodón, de colza y todos los demás que nos hacen creer que son saludables) se realiza a altas temperaturas, por lo que el producto final, además de contener ácidos grasos trans, también tiene un alto nivel de descomposición.
Es por eso que este tipo de aceites es altamente tóxico.
De hecho, el proceso por el que pasan los aceites vegetales refinados (como el de soya, de maíz, de algodón, de colza y todos los demás que nos hacen creer que son saludables) se realiza a altas temperaturas, por lo que el producto final, además de contener ácidos grasos trans, también tiene un alto nivel de descomposición.
Es por eso que este tipo de aceites es altamente tóxico.
Si encima lo vamos a
usar para freír, y si para rematar usamos el mismo aceite varias veces (disque
para ahorrar...), estamos preparando una poción venenosa de aceite descompuesto
equivalente al aceite ennegrecido utilizado que le sacan a los carros cuando
les hacen mantenimiento (piensen en eso la próxima vez que les provoque comerse
una papa frita o una dona).
Por el contrario, las grasas saturadas, especialmente las que están presentes en el aceite de coco orgánico (ácidos grasos de cadena media), son muy estables y resisten altas temperaturas sin ponerse rancias.
Adicionalmente, el hecho de que el aceite de coco sea de origen orgánico nos va a garantizar que su producción no se han usado agentes químicos potencialmente tóxicos, y que el producto que consumiremos es lo más natural posible, sin conservantes ni otro tipo de aditivos.
Por el contrario, las grasas saturadas, especialmente las que están presentes en el aceite de coco orgánico (ácidos grasos de cadena media), son muy estables y resisten altas temperaturas sin ponerse rancias.
Adicionalmente, el hecho de que el aceite de coco sea de origen orgánico nos va a garantizar que su producción no se han usado agentes químicos potencialmente tóxicos, y que el producto que consumiremos es lo más natural posible, sin conservantes ni otro tipo de aditivos.
Beneficios del aceite
de coco orgánico
Promueve la salud del
corazón
Promueve la pérdida
de peso, cuando es necesario
Ayuda a tener un
sistema inmunológico saludable
Ayuda a tener un
metabolismo saludable
Proporciona una
fuente de energía inmediata
Mantiene tu piel con
apariencia saludable y juvenil
Ayuda al buen
funcionamiento de la glándula tiroides
Moraleja
Las grasas saturadas artificiales, las grasas poliinsaturadas procesadas y las grasas transaturadas SON
VENENOSAS.
Éstas las encontramos en las margarinas (de todo tipo), la manteca vegetal, y los aceites vegetales refinados e hidrogenados (de todo tipo).
Las grasas saturadas naturales NO SON MALAS.
Las grasas saturadas naturales, altamente saludables, las encontramos en cortes de carne magra de origen orgánico, salmón, huevos enteros, algunos frutos secos y aceite de coco organico (extra virgen).
Éstas las encontramos en las margarinas (de todo tipo), la manteca vegetal, y los aceites vegetales refinados e hidrogenados (de todo tipo).
Las grasas saturadas naturales NO SON MALAS.
Las grasas saturadas naturales, altamente saludables, las encontramos en cortes de carne magra de origen orgánico, salmón, huevos enteros, algunos frutos secos y aceite de coco organico (extra virgen).
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